miércoles, 7 de enero de 2009

crísis: desafíos constantes y en evolución


Durante las últimas décadas se han producido cambios que han modificado la estructura social, estos cambios abarcan desde lo socioeconómico hasta el sentido de la vida. Esta nueva realidad nos plantea nuevos contextos y escenarios como trabajadores sociales, así como también nuevas posibilidades de intervención.
Estos variados cambios, como el económico, ha provocado que el sentido de sociedad se vaya “diluyendo en la medida que avanzaba la competencia en forma desesperada, muchas veces como necesidad o mandato ligado a la sobrevivencia.”[1]
Debido a este cambio, nuestra sociedad deja de lado el sentido social, y comienza a ver a los otros como una competencia, en donde tiene que luchar para sobrevivir, perdiendo su sentido de grupo.
Ésta desigualdad va convirtiendo a las personas en seres individualistas, en que su deber tienen que ver con él mismo y ya no con la sociedad. Se fragmenta la sociedad y ya no se trabaja para conseguir metas comunes. Se teme al fracaso, a la frustración, la exclusión. El miedo a esto genera que se comience a “adaptar los cuerpos a las expectativas y posibilidades sociales de la inserción y el mantenimiento de ésta a cualquier precio. El orden de los cuerpos implicó el estallido de la sociedad”[2]. Se lucha a toda costa por conseguir las metas personales.
A raíz de esto se desestructura la sociedad, se pierde la noción de ésta. Las personas, aunque todos sus deberes los vuelcan hacia ellos mismos para lograr sus metas y ser exitosos, se sienten solas. La sociedad les propone metas, pero no las formas de lograrlas, lo que provoca gran frustración y el intento por alcanzarlas de cualquier modo. “Así, el sujeto es solo individuo precario, temporal; donde se obtura su posibilidad de ser en su relación con otros”[3]. La sociedad, al no actuar como tal, pierde su fin último, que es el luchar en conjunto para alcanzar el bienestar generalizado de ésta.
“Trabajar en solidaridad. Los trabajadores sociales tiene la obligación de oponerse a las situaciones sociales que contribuyen a la exclusión social, estigmatización o subyugación, y trabajar hacia una sociedad inclusiva” [4].
De esta forma nos encontramos frente a las Problemáticas Sociales Complejas, sociedades que “no son estáticas, se mueven en los laberintos de la heterogeneidad de la sociedad, la crisis de deberes y derechos subjetivos, el ocaso de los modelos clásicos de las instituciones y la incertidumbre de las prácticas que intentan dar respuestas a éstas. Interpelan desde los derechos sociales y civiles no cumplidos, pero también lo hacen desde el deseo” [5].
Estas problemáticas son transversales, abarcando distintos ámbitos de la vida social de los individuos. Ésta heterogeneidad nos plantea desafíos en torno a la realización de nuestra intervención, pues nos obliga a atender cada caso en forma personalizada debido a la diversidad de problemáticas y sus causas de fondo que generan situaciones de conflicto, tomando en cuenta los factores que hacen único cada caso.
“Tratar a cada persona como un todo- los trabajadores sociales deben intervenir con la persona en su totalidad, con la familia, la comunidad, y el entorno social y natural, y tener en cuenta todos los aspectos que influyen en la vida de una persona”.[6]
Por tanto, desde los desafíos profesionales, nuestra labor debe llegar más allá de dar una solución momentánea a las problemáticas de las personas, sino que debemos preocuparnos de que nuestras decisiones sean las correctas para que las personas se reinserten adecuadamente a la sociedad y brindar ayuda que solucione sus problemas de fondo. Debemos ser agentes de cambios profundos que trasciendan en la vida de los sujetos de atención, abordando cada caso como único.
“Se espera que los trabajadores sociales desarrollen y mantengan las habilidades y
preparación necesarias para desarrollar su trabajo”. [7]
Con el fin de que ese sentimiento de soledad y miedo a la exclusión se vez subsanado, se pretende que mediante la motivación de las conductas que lo lleven a descubrir su rol como agente social, puede desarrollar sus capacidades y habilidades. De esta forma lograremos que los sujetos de atención se reintegren a al sociedad de manera positiva y preactiva.
“Identificar y desarrollar sus fortalezas. Los trabajadores sociales deben concentrarse en el potencial de las personas, grupos y comunidades y promover su empoderamiento”. [8]
Conviene que nuestra intervención social tenga conciencia de trascendencia, por lo cual “debe tener en cuenta la historicidad de los cambios, los padecimientos del presente y una representación con respecto al futuro”.[9]
El trabajador social al desarrollar su labor en una sociedad compleja debe adaptar su metodología de manera tal que la intervención que éste efectúa sea efectiva y que a su vez contemple dentro de la solución las expectativas del sujeto de atención en cuanto a sus decisiones y opciones.

NOTAS

[1] Alfredo Juan Manuel Carballeda, La Intervención en lo Social y las Problemáticas Sociales Complejas: los escenarios actuales del Trabajo Social, Revista margen edición Nº48, http://www.margen.org/margen48/carbal.html#nota
[2] Alfredo Juan Manuel Carballeda, La Intervención en lo Social y las Problemáticas Sociales Complejas: los escenarios actuales del Trabajo Social, Revista margen edición Nº48, http://www.margen.org/margen48/carbal.html#nota
[3] Alfredo Juan Manuel Carballeda, La Intervención en lo Social y las Problemáticas Sociales Complejas: los escenarios actuales del Trabajo Social, Revista margen edición Nº48, http://www.margen.org/margen48/carbal.html#nota
[4]Código de Ética de la FITS.
[5] Alfredo Juan Manuel Carballeda, La Intervención en lo Social y las Problemáticas Sociales Complejas: los escenarios actuales del Trabajo Social, Revista margen edición Nº48, http://www.margen.org/margen48/carbal.html#nota
[6]Código de Ética de la FITS.
[7]Código de Ética de la FITS.
[8]Código de Ética de la FITS.
[9] Alfredo Juan Manuel Carballeda, La Intervención en lo Social y las Problemáticas Sociales Complejas: los escenarios actuales del Trabajo Social, Revista margen edición Nº48, http://www.margen.org/margen48/carbal.html#nota



BIBLIOGRAFÍA


- Alfredo Juan Manuel Carballeda, La Intervención en lo Social y las Problemáticas Sociales Complejas: los escenarios actuales del Trabajo Social, Revista margen edición Nº48, http://www.margen.org/margen48/carbal.html#nota

- Código de Ética de la FITS.

- Pérez Aravena Rina, Intervención en crisis evolutivas y situacionales, Pontificia universidad católica: escuela de enfermería, 1981.

- Rubin Wainrib, Barbara; Bloch, Ellin L; Intervención en crisis y respuesta al trauma. Editorial DESCLEÈ DE BROUWER, 2000.